Nuestros pasillos llenos de vida.
También educa el contexto, el lenguaje que utilicemos, nuestra forma de relacionarnos, la limpieza, el orden, la estética, la ilusión, el cariño, el compromiso, el respeto (en los dos sentidos de la dirección)... Los pasillos ... Y nuestros pasillos educan en el buen sentido y en todas las direcciones: hacia infantil, hacia el gimnasio, en el piso de arriba y en el de abajo. Pasear por ellos, es el gran periódico mural de nuestro quehacer diario, de nuestra vida.